¿La Annabelle chilena? Daniel Silva contó escalofriante evento paranormal con muñeca de su hija

 

¿Alguna vez imaginaste que las historias de muñecas poseídas eran solo cosa de películas de terror? Daniel Silva, periodista y conductor de televisión, vivió una experiencia escalofriante que podría ser el argumento de una película. 

Durante su participación en el programa “Mucho Gusto”, Silva compartió una aterradora vivencia que incluso le ha causado problemas para dormir.

Todo comenzó una noche cuando, intentando descansar, escuchó un llanto que provenía de la habitación de su hija. “Pasó algo muy extraño. ¿Vieron la película Annabelle? Diez de la noche, mi casa en silencio y escucho una guagua llorando. Mi señora me dice que debe ser mi hija Maite, la más chiquitita”, relató el comunicador.

Intrigado, siguió el sonido hasta el baño, donde encontró una muñeca que, aparentemente, estaba llorando sola. “Era de esas que tú le sacas el chupetito o las mueves y lloran”, indicó.

Lo más impactante ocurrió después: la muñeca comenzó a llorar sin que nadie la tocara. “Estaba llorando, entro y se pone a llorar de nuevo, sin que la tocáramos. Entonces pensé: ‘se tiene que haber mojado’. La pila tiene tornillo, entonces no la podía sacar. Me acuesto y empezó a llorar de nuevo y mi señora me dice, ‘apaga esa cuestión, por favor’. Así que voy y le pongo off”, explicó.

Pensando que solo había sido un susto, Daniel volvió a acostarse, pero la muñeca volvió a actuar. “Me voy a dormir y a los tres minutos de nuevo, llanto y estaba apagada. Entonces, ahí, mi señora se asusta. Yo tomo la muñeca y la tiré afuera en la logia. Listo, me voy”.

A las dos de la mañana, se levantó para ir al baño y escuchó nuevamente el llanto. “Me quedé mirándola, apago la luz, me voy yendo y esta vez, en vez de hacer el sonido que hizo siempre, que era llorar, bosteza”, continuó.

La experiencia dejó a todos los presentes en el estudio sorprendidos, incluyendo a los animadores José Antonio Neme y Karen Doggenweiler. “Esta historia es para llamar a los Warren. Deshazte de ese objeto”, bromeó Neme, mientras que Doggenweiler no podía creer que una muñeca de ese tipo hubiese estado en manos de una niña.

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